- -Quizá fue la burla de ellos quizá
fue mi ineptitud tal vez era una pesimista o inclusive una total idiota,
pero de algo estoy segura: nunca me anime a intentarlo nuevamente.
- ¿Por qué
no?–pregunte-tienes potencial.
- No lose, siempre
fui la rara del grupo, me alejaba para dedicarme a hacer lo que más me hacía diferente de ellos, nunca fui
apreciada (dijo con cierta nostalgia en sus ojos).
- ¿Y ahora? ¿Qué no estoy
yo aquí?
- Pronto te iras, todos
los hacen. susurro.
- No, yo no lo haré.
- Hmmm-pensó-¿Me
ayudaras? pregunto.
- Tú ya tienes la
habilidad, solo te falta la teoría-afirme.
- Podría terminar mis
estudios.
Dijo con una sonrisa en su rostro.
Se despidió y se dirigió a la plaza para volver a su trabajo ¿Cómo era posible
que alguien con su gracia, viva de unas cuantas monedas al día? La respuesta
está más que clara. Ha mejorado desde la preparatoria, pero ¿A qué costo? Ella
no tenía amigos, era pésima para el dibujo, todos se burlaban de ella. Tal vez,
por eso se rindió, ella se había rendido, estoy seguro que se rindió, ella se
sintió una fracasada al no poder cumplir en el plano académico, por eso se
dedicó al dibujo pero se dio cuenta de que no era suficiente.
Capítulo 2
La
mañana apenas comenzaba, cuando la vi pasara frente a mi departamento, me
apresure a salir para alcanzarla, pero ya no la vi ¿Dónde se habrá metido? Qué
más da, no podía retrasarme, fui a mi trabajo con más de 20 minutos de retardo,
pero cuando llegue la reconocí.
Ella me miro.
- Vengo a decirte que no deseo seguir con esto-
dijo con voz firme.
- ¿Por qué?-pregunte
- Es ridículo–afirmo.
- Ven, pasa a mi
oficina.
Ambos entramos ella
tomo asiento frente a mi escritorio.
- ¿Qué es lo que deseas?-pregunte.
- Ya no deseo
nada-contesto.
- ¿No querías estudiar
arte?
- Te
equivocas, eso solo es un pasatiempo.
- ¿Eh?–la mire
confundido.
- Yo quería estudiar para ser chef.
- Eso es
fantástico–me apresure a contestar.
- Tu no entiendes, soy
un desastre en la cocina.
- No puede ser tan
malo–quise animarla–ven a mi casa esta noche–propuse.
La noche
llego muy rápido, me dirigí a mi hogar y ahí estaba, tal vez debería
ser más puntual con ella.
- Pasa-dije sin siquiera
saludarla–haya esta la cocina, puedes usar lo que
quieras.
Ella
entro y tardo alrededor de una hora en traerme un platillo.
No quise
acercarme ella mientras trabajaba, había una atmósfera un tanto aterradora.
- Aquí esta–dijo.
- Oh–fue lo único que
dije.
- Pruébalo–dijo con un
brillo en sus ojos.
- ¿Ahora?, Realmente no
quería probarlo.
- Si–contesto.
- Tome
una cuchara y probé un bocado, estaba salado, no podía siquiera distinguir
lo que era.
- -Wow–dije con
los ojos lagrimosos.
- ¿Qué te parece?
- Creo que sería
mejor si primero nos enfocamos en tus estudios del medio superior.
- Lose, es horrible.
- Mañana iré a tu casa y
comenzaremos con tus lecciones. Ella solo asintió.
El fin de
semana había llegado, debía cumplir con lo prometido, me aparecí en su casa con unos libros para estudiar y así
pueda presentar su examen. Toque la puerta y ella abrió.
-Hola–dijo
-Hola–respondí. Pase y
me instale en la sala–¿Qué te parece si estudiamos matemáticas?
-Claro.
Dijo mientras se
sentaba a mi lado, el tiempo pasa rápido, cuando te emocionas y
yo lo estaba, me sentía orgulloso de dar tan buenas
explicaciones hasta que ella me interrumpió, destrozando mis expectativas.
-No entiendo.
-¿Qué no entiendes?
-No lose, es confuso.
-Vamos, yo te lo
explico
-Da igual no entenderé, no puedo y tal vez
nunca podré hacerlo.
-Eso no tiene sentido.
- Será una pérdida de tiempo.
-No es así, pasaras ese examen
y obtendrás un titulo.
-¿Y si nunca lo sucede?–dijo bajando su vista
al suelo.
Claro que no entendía,
no le ve objetivo a estudiar, por eso no entiende, es porque ella no quiere
entender.
-Lo intentare–dijo despertándome
ánimos.
Las siguientes semanas
estudio de manera constante, se estaba esforzando, pronto seria el examen y estaba seguro que lo aprobaría.
Esa mañana ella fue a presentar su
examen, había ido a buscarla pero no la encontré en ningún lado,-quizás
quería estar sola–dije para mí mismo y ya no la busque más. Pasaron los días y
nunca me topé con ella, ya no estaba en la plaza, ni en su casa, pero hoy
entregaban resultados podría verla ahí, corrí a buscarla, no estaba, pero si su
resultado en la lista, había reprobado, quede impactado.
-Otra vez reprobé–oí
una voz detrás de mi.
-Puedes volver a
presentarlo.
-No, ya lo hice tres
veces y ninguna pase, es momento de darme por
vencida-dijo mientras se alejaba del edificio.
Ella ¿Había dicho que
reprobó 3 veces? Eso quiere decir que ya lo había intentado antes y fracaso.
Pobre ingenua, tiene el recuerdo de cuando no comprendía y se dejó guiara
por él. Pero tengo la esperanza que algún día presente de nuevo ese
examen y se dé cuenta de lo tonta que fue al cree que era inútil. Ha
pasado el tiempo, ella sigue vendiendo sus dibujos en la plaza, pero ya
no me dirige la palabra. Aveces me gustaría pensar que juntó el valor
para intentarlo de nuevo y que esta vez triunfó.
Así somos nosotros,
creemos que no podemos hacer algo porque, alguna vez hace tiempo lo intentamos
y fracasamos y al día siguiente seguíamos luchando contra todo pronóstico y volvimos a
perder, destrozando todos los sueños que teníamos y acordándonos para
en algún futuro, sin darnos cuenta que hemos crecido y madurado
lo suficiente para volver a intentarlo y así, tal vez, tan solo, tal
vez en esa ocasión triunfemos.
